domingo, 22 de febrero de 2015

La ciruela



Dice la tradición que dos grandes maestros de Tai Chi Chuan se retaron a un desafío de Tui Shou, ambos eran tan expertos en su práctica que el tiempo pasaba y ninguno de los dos eran capaces de vencer al otro, todo el tiempo era técnica contra técnica, los dos realizaban los movimientos con una soltura y relajación tan armoniosa que en vez de perder energía o chi, se recargaban en cada respiración.
Ambos tenían una gran inteligencia intuitiva, adivinando cada una de las técnicas del adversario en el momento que lo pensaban simplemente observando la expresiones de sus caras, mirándose mutuamente a los ojos y teniendo una visión periférica de sus entornos, sus mentes estaban vacías y entregadas completamente en armonizar y equilibrar cada acción o intención del oponente, siendo ajenos al enorme grupo de personas que los estaban observando, ajenos al tiempo que transcurría, ajenos a todo, iban cambiando de técnica de Tui Shou, de estáticos a desplazamientos, uno situaba al otro con el sol enfrente para que lo deslumbrase y aprovechar la ocasión para vencerlo.
El otro llevó su contrincante por terreno pedregoso mientras la multitud no veían fin a tal reto.
El reto no parecía acabar nunca cuando sin pretenderlo terminaron en un campo de frutales, uno de ellos se quedó con la mente ausente durante un segundo y el contrario lo aprovechó para lanzarlo por los aires con una técnica.
El ganador ayudó al vencido a levantarse del suelo y mientras lo hacía le preguntó,
- ¿Qué te ha pasado que te has quedado ausente por un segundo?
Y el derrotado respondió,
- No he podido resistir la tentación de ver esa ciruela, colgada del árbol, en su punto de madurez y todo su jugo dulce y delicioso que me ha llamado la atención.

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