Un viejo adagio taoísta utilizado en el supremo arte de Tai
Chi Chuan dice:
“Utilizando la respiración bajar la
energía al Abdomen y no dejar que vuelva a subir al centro del pecho o la
cabeza.
De esa
manera el Equilibrio permanecerá estable y seguro como el de una pirámide.”
No es necesario practicar Tai Chi Chuan para entender esto.
No es necesario practicar Tai Chi Chuan para entender esto.
Tropezamos y avanzamos acelerados porque nos dejamos sustraer
de nuestro punto vital, de nuestras fuerzas primordiales, por la creciente
demanda de la Sociedad para que seamos seres productivos.
Para la Sociedad, no para nosotros mismos, obviamente.
Por eso nos aceleramos (sufrimos envejeciendo prematuramente)
y tropezamos (enfermamos).
Si el esfuerzo estuviera direccionado hacia las auténticas
necesidades propias (no las que nos meten desde afuera), no sería esfuerzo sino
placer.
Y no enfermaríamos ni nos llenaríamos de las neurosis
patológicas en las que estamos insertos.
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