El Síndrome de Fatiga Crónica (SFC)
consiste en un rango de síntomas que incluyen cansancio físico y
mental, dolor de cabeza, disturbios de sueño, dificultad en la
concentración y dolor muscular entre otros. En el año 2002 se estimó que
alrededor de 0.4% de la población de Reino Unido (lugar donde se
realizó el presente estudio) sufría de SFC.
Los
tratamientos farmacológicos más comunes incluyen el uso de drogas como
antidepresivos, inductores de sueño y drogas para el dolor. Debido al
alto nivel de reacciones adversas registrados en el uso de estas drogas,
las terapias complementarias incluyendo
masoterapia, meditación y osteopatía son recomendadas para aliviar los
síntomas de la enfermedad.
La Medicina Tradicional China
considera al SFC como un reflejo de la desarmonía y descenso de la
energía del organismo con bloqueos, estancamientos y cambios en la
circulación de la energía o Qi, que resultan en la enfermedad. La
interrupción del flujo energético se manifiesta como dolor, fatiga y
disturbios anímicos. El Qigong es una de las prácticas
más completas que existen para mejorar y regular el estado energético
del cuerpo llegando a curar una enfermedad.
LA INVESTIGACIÓN. PARTICIPANTES Y PROTOCOLOS
El
reclutamiento de voluntarios para la investigación se realizó a partir
de médicos generalistas que trataban pacientes con la enfermedad. Estos
pacientes fueron incluidos en la investigación luego de haberse
comprobado los síntomas de SFC por un periodo mayor a tres meses.
En
total se reclutaron 18 participantes, todas de sexo femenino y de entre
25 y 55 años de edad. Catorce participantes concluyeron las prácticas
requeridas por la investigación con más de un 90% de asistencia a
clases.
Estas participantes debieron asistir a una clase semanal de Qigong donde aprendían una rutina de varios minutos llamada Tai Yi Shen Qigong, y luego se sentaban durante cinco minutos a meditar. Un maestro certificado de Qigong
con 20 años de experiencia impartía las clases. Las practicantes
repitieron la rutina durante 6 meses y les fue pedido asimismo practicar
en su casa a diario.
MEDICIONES Y RESULTADOS OBTENIDOS
Para
las mediciones se establecieron como base previa de comparación ciertos
parámetros controlados dos semanas previas al comienzo de la práctica
de Qigong, tales como salud física (movilidad,
equilibrio, dolor, etc.), salud mental (ansiedad, depresión, sensación
de bienestar, etc.) y estado general de la persona (calidad de sueño,
trabajo, estrés, sociabilidad, etc.). Luego se realizaron mediciones a
los tres y seis meses de comenzado el estudio.
A
las participantes también se les solicitó llevar un registro de sueño
según los criterios del Servicio de Salud Nacional del Reino Unido que
consta de diversas variables como interrupción de sueño, tiempo total
dormido, calidad del mismo, etc.
En los resultados de las mediciones se comprobó que la utilización del Qigong
como terapia para el SFC fue positiva. Se reportaron mejoras
significativas en la vitalidad de las participantes, disminución en los
problemas de sueño, mayor actividad social, sensación de bienestar y
disminución de estrés.
Los
mayores cambios se vieron reflejados durante los primeros tres meses de
práctica y luego se mantuvieron con leve ascenso durante los tres meses
siguientes.
CONCLUSIONES
Las evidencias sugieren que tanto una simple sesión de Qigong como
la práctica prolongada de la disciplina pueden producir cambios
positivos en las características psicológicas y el sistema inmune de los
practicantes. Este estudio piloto sugiere que la práctica regular de Qigong reduce el dolor y mejora la calidad de sueño, la vitalidad y funcionamiento físico de pacientes con SFC.
Asumiendo que el Qigong
sea un tratamiento potencial para los síntomas de esta enfermedad, los
mecanismos de acción serían interesantes de estudiar. Estos mecanismos
incluyen el incremento de oxígeno y disminución de dióxido de carbono en
la sangre, que eliminaría sustancias generadoras de dolor y potenciaría
la circulación de sustancias que calman el dolor como las endorfinas.
Asimismo los movimientos lentos del Qigong y la respiración calmada afectan al sistema muscular de manera positiva mejorando la tonicidad y elasticidad de los músculos.
Por
otro lado, el presente estudio posee varias limitaciones debido a que
la muestra es demasiado pequeña y sólo constituida por mujeres. En
resumen este estudio sugiere que el Qigong si puede mejorar los síntomas del SFC luego de una práctica prolongada. A su vez el Qigong
es un tratamiento sin efectos colaterales y cuyos beneficios van más
allá de la enfermedad tratada. Es importante ampliar los estudios
relacionados a este tema utilizando una muestra mayor de participantes
para poder descartar el efecto placebo y realizar mediciones más
concretas de los beneficios.
Este
es un resumen de un estudio publicado en 2007 en la revista “Medicina
Alternativa y Complementaria basada en la Evidencia”, de la Universidad
de Oxford.
Artículo original: “Qigong Ameliorates Symptoms of Chronic Fatigue: A Pilot Uncontrolled Study”
(Evidence-based Complementary and Alternative Medicine. 2007. Oxford Journals).
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