Según
el taoísmo todo en la naturaleza es energía; todo existe en virtud al CHI, que
es la fuerza vital que anima al universo.
La
energía se manifiesta a través de dos aspectos opuestos y complementarios que
han sido denominados Yin y Yang, los que tienden constantemente a volver a un
estado de equilibrio.
Nuestro
cuerpo posee una fina red de canales o meridianos a través de los cuales
circula el CHI la energía vital.
Las
formas de Tai Chi chuan están diseñadas para promover el libre flujo y el
equilibrio de la energía a través de estos canales, por lo que resulta
primordial un correcto aprendizaje y desarrollo de las mismas.
Se
debe llevar a cabo el aprendizaje de cada movimiento lentamente, analizarlo,
sentirlo, practicarlo y dejarlo fluir hasta lograr integrarse con él.
Es
imprescindible complementar la práctica con la teoría y sustentar la teoría con
la práctica.
Buscando
siempre un equilibrio entre Yin y Yang.
Durante
la práctica se debe trabajar con una intención, la cual dirige nuestra atención a
nuestro cuerpo, lo que lleva a desarrollar una sensibilidad, que posibilitará
lograr la relajación en el movimiento.
Cuando
se puede unir la intención con la atención enfocada y la sensibilidad en una
total relajación se adquiere la conciencia interna.
Esta nueva conciencia, del cuerpo, mente, energía, espíritu… nos abre nuevas puertas a siguientes niveles de práctica, con distintas intenciones y la atención sobre factores cada vez más sutiles gracias a la sensibilidad que se va desarrollando y a una capacidad cada vez mayor de relajación.
Esta nueva conciencia, del cuerpo, mente, energía, espíritu… nos abre nuevas puertas a siguientes niveles de práctica, con distintas intenciones y la atención sobre factores cada vez más sutiles gracias a la sensibilidad que se va desarrollando y a una capacidad cada vez mayor de relajación.
Remontándonos
a los orígenes de Tai Chi Chuan, se puede comprender que fue creado como un
sistema de combate, para la autodefensa; y que los beneficios que supone para
la salud, se presentaron de manera colateral.
Antes
de analizar la forma del estilo Yang de Tai Chi Chuan, se debería conocer, cómo
surgen los movimientos Tai chi chuan, y cuáles son sus objetivos.
La
forma en Tai chi chuan es una combinación coreografiada de diferentes
técnicas que, permiten simular su aplicación en un combate. El creador de una forma debió
ser un experto en el estilo y tener la suficiente experiencia, para saber
cuáles eran las ventajas y desventajas de una forma, de una técnica o incluso
de un paso o de una postura.
Si
se practica con un buen maestro, se llegarán a entender correctamente las
aplicaciones marciales de Tai Chi Chuan.
Éstas
son útiles para comprender la esencia de arte.
El
maestro guiará el camino hacia la entrada del templo, pero cruzar el umbral,
depende del alumno y su interés en evolucionar; para ello deberá continuar
estudiando e investigando por su cuenta.
Aquí
se aplica aquello de «aprender a transformar una piedra en oro, en lugar de
buscar directamente el oro».
La
primera es una actividad vital sin límites, mientras que la segunda carece de
vitalidad y sí, tiene límites.
Luego
de años de investigación y enseñanza, los conceptos han ido evolucionando y hoy
en día existen diferentes ideas y modos de entender el Tai Chi Chuan.
Sin
embargo, todos ellos deben seguir los mismos principios fundamentales.
De
esta manera, aprender la forma y las técnicas; sirve como introducción para
ayudar a entender los fundamentos y principios.
Una
vez que se aprende a analizar las técnicas y a entender los fundamentos y
principios, se podrá seguir progresando y aprendiendo.
La
única manera de sentir a fondo cada movimiento, que sea significativo y de
manifestar correctamente cada postura, es entender las aplicaciones en combate.
Solamente
entonces se podrá pensar con claridad y hacer que el espíritu de la forma se
manifieste con exactitud.
Una
vez que se conocen las técnicas, debe experimentarse con ellas, continuar
indagando y nunca darse por satisfecho con lo conseguido, se debe trabajar
hasta perfeccionar y mejorar la calidad de la práctica. Ser humilde, seguir
investigando y reflexionando.
Ser
curioso, practicar y consultar, participar en seminarios y conferencias.
Cuanto
más se experimente, mayor será la comprensión de la teoría del Tai Chi Chuan.
Autor desconocido