Aquello que miramos y no podemos ver es... lo
simple.
Lo que escuchamos sin poder oír, lo tenue.
Lo que escuchamos sin poder oír, lo tenue.
Lo que tocamos sin asir, lo mínimo.
Lo simple, lo tenue y lo mínimo no pueden
indagarse.
Juntos se conjugan en lo uno.
Revelado, no deslumbra.
Oculto, no pierde su luz.
Infinito, no puede ser definido.
Se esfuma en la no existencia.
Es la forma de lo que no tiene forma.
Es la imagen de la no existencia.
Es lo esquivo y misterioso.
Lo puedes mirar de frente, pero no verás su
rostro.
Lo puedes seguir, pero no lograrás ver su
espalda.
Quien se apega con fuerza al Tao primordial,
gobierna la existencia de cada día y puede adquirir la sabiduría primordial.
Lao Tse
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