Sentarse en silencio en presencia no es una práctica fácil. La mente sigue soñando con el pasado y el futuro, pensando en esto y luego aquello, y se distrae fácilmente por cada pequeño sonido. La práctica no se trata de usar fuerza excesiva para mejorar. Tradicionalmente simples ejercicios de concentración fueron sugeridos, como escuchar a los pájaros de la mañana cantar, la lluvia que caía sobre el techo, o centrar la atención de la mente en el ciclo respiratorio. Si la mente deriva, una vez que se da cuenta, simplemente vuelve a la práctica elegida. No te frustres ni te sientas inadecuado. Es un proceso lento y suave que requiere consistencia y trabajo diario. Qué resultados de tu práctica solo tú experimentas. Puede ser sutil o espectacular, pero no te aferres y trates de recrearlo. Solo siéntate.
Tomado de la web
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