Pasamos mucho tiempo buscando
afuera lo que yace en nuestro interior.
Encontrar al maestro interior es cavar a fondo a nuestras raíces, y encontrar dentro de nosotros mismos las respuestas.
Podemos aprender de otros las técnicas, adquirir de otros el conocimiento, pero no debemos adormecer por la enseñanza de otros, la propia capacidad de recrear, de reestructurarnos, de evolucionar, de crear.
El maestro interno conoce al alumno, le corrige, y si bien guía el camino, lo señala sin forzar, susurra lo conveniente, lo peligroso, el riesgo.
Encontrar al maestro interior es cavar a fondo a nuestras raíces, y encontrar dentro de nosotros mismos las respuestas.
Podemos aprender de otros las técnicas, adquirir de otros el conocimiento, pero no debemos adormecer por la enseñanza de otros, la propia capacidad de recrear, de reestructurarnos, de evolucionar, de crear.
El maestro interno conoce al alumno, le corrige, y si bien guía el camino, lo señala sin forzar, susurra lo conveniente, lo peligroso, el riesgo.
Y no
descansa.
Trabaja amorosamente a fin de llevar el kung fu a todos los niveles
de conciencia.
Desconozco el autor
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