Si
quieres convertirte en un guerrero, prepárate para lesiones y fracturas, para
el intenso dolor del entrenamiento, para moretones y magulladuras.
Si
quieres convertirte en un guerrero, prepárate para perder mil veces y ganar
una, para que el desánimo no te venza, para aprender a caer y a levantarte,
para seguir adelante hasta que adquieras el conocimiento superior.
Sólo
entonces el aspirante habrá alcanzado la paz en la guerra, convirtiéndose en un
maestro.
Este
camino es solo para unos cuantos, los demás se dan media vuelta y huyen antes
de llegar a la guerra.
Pero
el guerrero ha aprendido que, frente a su enemigo, no tiene que pensar en ganar
o perder.
¡Ganar
no es importante!
Tan
solo tiene que luchar y crecer.
Autor
Desconocido
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