domingo, 27 de enero de 2013

Lo que digo...

...¿Te ha pasado alguna vez que dices algo y tu interlocutor te interpreta como si hubieses hablado en chino?

¿Por qué a los humanos nos cuesta tanto comunicarnos?
Cada uno de nosotros ha recibido desde niño, distintos códigos y formas de interpretar la realidad, vamos creciendo y esas interpretaciones pasan a ser parte de nuestra esencia, vemos el mundo como nos enseñaron a verlo, interpretamos a los demás bajo el lente de nuestras propias creencias y la totalidad de nuestras experiencias.

Entonces no es tan importante lo que el otro diga o no diga, sino más bien como cada uno es capaz de codificar ese mensaje en su interior.

El desafío consiste en poder recibir del otro un mensaje sabiendo que yo soy responsable de lo que quiero oír, y si yo soy responsable de lo que oigo, puedo cambiar mi propia realidad y comenzar a oír sin juicios, ni descalificaciones.
Mucha de la información que escuchas o lees resuena en tu interior, porque recuerda una parte de ti, que estás haciendo consciente y mucha información no resuena contigo para nada, no sientes ninguna identificación con ella.
En ninguno de ambos casos es conveniente juzgar, de correcto o equivocado, de verdad o mentira y menos de luz u oscuridad ya que lo que está ocurriendo en realidad, no proviene del mensaje que el otro te dé, si no de tu experiencia interior.
Hoy te invito a que sostengas aquello que tú dices, pero que no te responsabilices por lo que el otro entiende, ese no es tu reino.

Podrás comunicarte más fácilmente con aquellas personas que resuenen contigo en armonía.

Y con aquellos que no puedas comunicarte, sencillamente deja el esfuerzo, no trates de ser entendido.

El mejor lenguaje universal para poder comunicarte con aquel que está lejos es: "El Amor", y ese es un lenguaje que no necesita de palabras....


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