viernes, 21 de diciembre de 2012

La Basura en su lugar:

















Este es un cuento Zen, acerca de un joven discípulo de carácter iracundo que no sabía cómo no ser el blanco de agresiones cada vez que salía del monasterio e iba al centro de la ciudad para hacer las compras de la semana, en la cuadra del mercado, había una casa en donde se reunían siempre, unos jóvenes de mal carácter y busca pleitos.
Estos jóvenes veían en el discípulo, la posibilidad de descargar toda su agresión, porque sabían que éste no reaccionaría debido a su voto de no-violencia.
El joven discípulo no tenía la necesidad de reaccionar con violencia hacia ellos, pero la ira y la impotencia de ese trato, crecían cada día más.
Le preguntó a su maestro, por este motivo cómo sanar estas emociones que lo hacían sentir mal, el maestro hizo una tierna sonrisa y con la mirada de un alma sabia, le dijo:
-Mi querido discípulo: ¿Ves el tacho en donde se depositan los residuos internos del monasterio?
-Sí, lo veo, le dijo él joven, sin comprender a qué se refería su maestro.
El maestro le dijo:
– Como cada día, cuando ese cesto de basura se acumula hasta llenarse y salimos a depositar esos desechos en el tacho de basura colocado fuera del monasterio, mucha gente  actúa en relación a los demás descargando su basura interna y los consideran sus tachos de basura externos.
No entienden que descargar sus frustraciones, rabias, enojos en los demás, no es el lugar correcto y si tú los dejas, vaciarían su basura en ti.
Cuando alguien quiera vaciar su basura en ti, no te lo tomes como algo personal, reaccionando como si esa basura fuera tuya y tú fueras “el tacho externo” de ellos.
No tiene nada que ver contigo, ya que tú eres valioso, haz crecer tu estima comprendiendo tu valía y modifica tu actitud ante la vida.
Las personas sentimos enojo, rabia, ira y una serie de emociones.
Cuando sientas eso, descarga esa energía caminando, corriendo, cantando, practicando yoga, ¡sé creativo!, por suerte existen muchas maneras de depositar esas emociones bajas en sitios externos que no provoquen daño a otra persona.
Elige siempre ser quien eres: Amor incondicional.
Ellos actúan así porque se han alejado de su ser esencial.
Tú en cambio, sé inteligente y actúa relacionándote con los demás comprendiendo que en lugar de reaccionar puedes responder con amor mediante el silencio interno, sonriendo y siguiendo tu camino.
Cambia tu actitud y la ira pasará.
Habría que agradecer el ejercicio que nos proporciona cualquier agresión eventual, el desafío a nuestro crecimiento llevándonos a practicar el vacío y la unidad con un TODO más vasto que las pequeñas miserias, guerra y conflictos que acumulamos en la vida diaria.
“Como una sólida roca no se mueve con el viento, el sabio permanece calmo ante la calumnia y el halago-”  
Buda.

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