Cuando practicamos Tai Chi Chuan
o cuando realizamos ejercicios de aprendizaje con otros compañeros siempre se
realiza al principio y al final un saludo, en el que nos inclinamos hacia
delante envolviendo con la palma izquierda el puño derecho.
Unas escuelas acompañan este saludo con una inclinación otras en cambio no,
simplemente se colocan los brazos a la altura del pecho de forma redondeada y
se une el puño con la palma siempre ocultando el dedo pulgar en signo de
humildad.
La mano izquierda cerrada en puño rememora el carácter chino “luna” y la mano
derecha extendida el carácter “sol” unidos forman la palabra Ming que
representa a esta dinastía.
Este saludo de origen militar era utilizado por las personas que luchaban
contra los Manchúes durante la dinastía Ching (1644-1911) y que fue adoptado
como señal de identidad de las artes marciales en el templo de Shaolín.
Igualmente, fue usado como saludo
secreto de los revolucionarios.
Hoy en día el saludo es señal de respeto por antonomasia, respeto en primer
lugar a las reglas de ética, moralidad, honestidad que presiden o deben
presidir toda lucha entre dos compañeros e incluso enemigos.
Respeto por el profesor que juzgará esa lucha y que nos socorre y rectifica
nuestros errores en la vía.
Respeto por el lugar en el que se practica, simbolizando con ello, que
entendemos esta lucha como un camino de evolución interior y no sólo el marco
para llevar a cabo una pelea.
Respeto por uno mismo.
Con este saludo hacemos pública nuestra intención de ser honestos en el combate
y, lo que es igual de importante, que si percibimos en el contrincante una
falta de respeto hacia nosotros o hacia los principios que enmarcan la
contienda, nos reservamos el derecho a renunciar a la lucha.
Hasta para combatir es preciso elegir al enemigo, se está dispuesto a perder
pero siempre que la competencia esté regida por el mutuo respeto y la máxima
honestidad.
En el fondo la lucha con las sombras es un aprendizaje sobre uno mismo y sobre
la vida, no una mera competición en la que todo vale.
No, en Tai Chi Chuan, como en la
vida, no todo vale, ni debe valer.
Tai Chi Chuan es un modelo de aprendizaje nunca de dominación.
El puño representa la fuerza o agresividad mientras que la palma extendida
representa la inteligencia; es decir “la inteligencia dominando la fuerza”. En
el mismo plano hay maestros que explican que el puño cerrado representa además
de fuerza, audacia; mientras que los cuatro dedos alzados de la mano izquierda
simbolizan la moralidad, la inteligencia, la energía física y la habilidad del
practicante de Tai Chi. Como de la fuerza y la audacia pueden surgir
violaciones de las reglas, la mano izquierda sobre el puño derecho simboliza el
poder de la moral y la inteligencia.
La dureza de la fuerza queda pues acogida en la flexibilidad representada por
la palma izquierda.
Otro significado es que los cinco dedos del puño representan los cinco lagos
más famosos de China (Dong Ting, Tài, Päng Yáng, Qïng Hâi y Hü Lün) mientras
que los cuatro dedos de la mano extendida representan los cuatro océanos del
mundo (Pacífico, Atlántico, Índico y Ártico) siendo la unión de ambas manos la
simbolización del hermanamiento de las diferentes razas que habitan la
tierra:“wû hú si hâi jié xiöng di”
“Dentro de los cuatro mares y los cinco lagos, todos somos hermanos”.
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