“Una
de las razones por las que la meditación es un elemento de apoyo muy
importante para el Tai Chi es que nos hace percibir el
movimiento de la energía dentro de los meridianos, así como la
estructura en la que se mueve dicha energía. La toma de consciencia
de nuestra postura empieza desde la primera posición del Tai Chi,
llamada Wu Chi. Comenzamos sintiendo las plantas de los pies para ver si
todos los puntos de cada una de ellas están en contacto con el suelo.
Seguidamente percibimos si una pierna soporta más peso que la otra o si
existe alguna tensión leve en la cadera debida a que estamos más
inclinados hacia un costado. Observamos si hay tensión en los hombros y
si los omóplatos están curvados de tal forma que impidan que el pecho se
proyecte hacia adelante. Al llegar a la cabeza, revisamos la posición
del mentón y de la base del cráneo, asegurándonos de que el primero se
encuentre ligeramente retraído y permita una sensación de abertura de la
segunda Por último, alineamos el ángulo de la coronilla hasta sentir un
ligero tirón de energía, concentrándonos en una bola de Chi sobre la
cúspide de nuestra cabeza. Este tirón indica que toda la estructura se
encuentra suspendida entre la fuerza Celestial (arriba) y la fuerza
Terrestre (abajo).
La alineación estructural es una función natural
del cuerpo humano, pero tendemos a perderla después de la infancia. La
práctica de Tai Chi nos permite ajustar nuevamente nuestra postura de
manera consciente y constante hasta que la alineación estructural
adecuada vuelve a fomar parte de nuestro conocimiento corporal natural y
dejamos de encorvarnos inconscientemente durante períodos prolongados.
Este mejoramiento de la postura física se refleja de inmediato en una
mejor estructura mental y emocional. La autoconsciencia que nos hace
percibir la postura mal alineada también nos permite ver los estados
emocionales negativos que de otra forma no notaríamos.
La buena postura es muy importante para la circulación saludable de la energía.”
Wuchi
Tomado del libro La Estructura Interna del Tai Chi, 2005
Autor: Ernesto Velázquez
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