miércoles, 3 de octubre de 2018

¿Es posible poseer el Tao?


Un día, un aplicado estudiante del camino le preguntó a su maestro:
– ¿Es posible poseer el Tao?
–Ni siquiera puedes poseer tu propio cuerpo–, le respondió el maestro. –
¿Cómo podrías poseer el Tao?
–Si yo no poseo mi propio cuerpo–, prosiguió el discípulo–, ¿quién lo hace?
–Te ha sido prestado por el cielo y la tierra.
Tampoco posees la vida en sí misma –le explicó el sabio–. No posees tu propia naturaleza ni tu destino. Te han sido prestados por el cielo y la tierra. Tus hijos y los hijos de tus hijos no son de tu propiedad. Son como la piel mudada de los insectos: te han sido prestados por el cielo y la tierra.
Así, cuando caminas no percibes hacia dónde vas, y cuando te detienes no sabes dónde estás. Cuando comes no sabes qué es lo que estás tomando.
El chi del cielo y de la tierra es mucho más poderoso que el tuyo, pero ni siquiera él puede poseer el Tao.

No busques la fama. No hagas planes.
No dejes que te arrastre el día a día.
No pienses que lo sabes todo. Sé consciente de
todo lo que es y habita en el infinito.
Pasea allí donde no existe camino.
Sé todo lo que el cielo te ha dado, pero
actúa como si no hubieses
recibido nada.
Estar vacío, eso es todo.

¿Dónde puedo encontrar un hombre
que haya olvidado las palabras?
Me gustaría hablar con él.

Chuang Tzu


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