miércoles, 5 de julio de 2017

Hueso quebradizo y grasa


El viejo sabio de la montaña le decía al guerrero caminante:
 Disentir no es deslealtad.
Ten cuidado antes de tomar represalias.
Tu acero envuelto en algodón puede ser sólo hueso quebradizo envuelto en grasa.
Nadie es una autoridad suprema.
La gente busca líderes, sacerdotes, gurúes, y eremitas pensando que alguien tiene una fórmula precisa para vivir correctamente.
Nadie la tiene.
Nadie puede conocerte tan bien como tú a ti mismo.
Todo lo que puedes obtener de un sabio es la seguridad que da alguna guía inicial.
Puedes incluso pasar décadas estudiando bajo una persona extraordinaria, pero no deberías nunca someter tu dignidad, tu independencia y tu personalidad.
No hay una única manera de hacer las cosas en la vida.
Hay senderos válidos, aun cuando puede que difieran de los respetados por los mayores.
La diversidad es buena para la tradición.
Con demasiada frecuencia los mayores confunden el disentir con deslealtad, y castigan a la gente por el crimen de tener un punto de vista distinto.
Ellos ya no están en contacto con el Tao sino que articulan el convencionalismo que les sirve.
Tal vez el pánico a su propia muerte inminente los hace aferrarse.
Cuando los líderes se vuelven represivos, es señal de que su tiempo está llegando a su término.
Un dicho acerca de los antiguos maestros decía que ellos eran como acero envuelto en algodón: Parecían suaves por fuera, pero aún así mantenían gran poder en el interior.
Todos esperamos tener mayores como esos.
Pero con frecuencia los viejos maestros han perdido su mandato del Tao.
Entonces, al ser puestos a prueba, son meramente hueso quebradizo y grasa.

¿Cómo podemos respetar a gente así?


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