miércoles, 10 de febrero de 2016

Los distintos maestros y los distintos grados de espiritualidad

Hay ideas básicas y fundamentales que debemos tener muy claras. 
 



Cada uno debe creer en lo que quiera porque es lo que nos va correspondiendo según la capacidad del momento, es a lo que se tiene acceso y no se han hecho méritos para más. Se puede entender perfectamente que "el círculo no se pasa". Si el nivel de conciencia que yo me he trabajado es "X", yo no puedo ver más que "X" y eso es lo que vamos a asimilar y la única verdad que podemos ver, pero eso no quita para que entendamos que hay grados de verdad a los que vamos accediendo conforme a nuestra evolución, y me parece de justicia.

Todo no es válido, es válido y correcto para el que le corresponde según su nivel de conciencia y ese nivel tenemos que trabajar para ampliarlo, para acceder a grados superiores. Esta etapa de la humanidad no se basa en hacer magia para deslumbrar a los demás. Nos toca desarrollar la mente porque ya hemos visto que tenemos que trascender el astral que tuvo su sentido en la época atlante, con absoluto respeto al trabajo de aquella etapa que era el que correspondía, pero eso no significa que sigamos estancados y dejemos a un lado nuestro avance espiritual. Nosotros seguramente ya hemos vivido esas etapas y no necesitamos repetirlas ni dar marcha atrás en nuestra vida.

LA UNIDAD quiere decir que todos formamos parte del UNO, pero no todos estamos ubicados en el mismo sitio. Los Maestros no descienden a nuestro nivel para ayudarnos, somos nosotros los que tenemos que avanzar para acceder a sus Enseñanzas. En la montaña no podemos estar todos en la cima, en la ladera o en la base, cada ser y cada cosa tiene su sitio, y todo es montaña. Desde nuestro sitio sí podemos ayudar a los demás que nos están necesitando, y los demás desde su sitio pueden ayudarnos a nosotros.

Todos bebemos agua, unos del agua estancada, o de los ríos, o riachuelos, de pozos, de nacimientos, o de fuentes perfectamente purificadas. Todo es agua, pero no es de la misma pureza. Poco a poco empezamos a conocer las diferencias y efectos de unas y otras, y consecuentemente nos acercamos a la que entendemos que más nos interesa. Somos nosotros los que tenemos que hacer el esfuerzo de localizar nuestra agua, pero la fuente no viene a nosotros, la fuente está en su sitio y si nosotros queremos de esa agua tenemos que ir a la fuente que nos está esperando. Ahí está el Agua de Vida para los hombres sedientos.

Es nuestro trabajo ascender por los distintos grados de espiritualidad y consecuentemente nos acercaremos a los distintos Maestros que están para ayudarnos.

 A.C.V.
 

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