domingo, 12 de enero de 2014

El viejo sable


El muchacho se aprestó a bajar al pueblo para adquirir algunas cosas y luego de preparar y cargar su ato a la espalda, fue en busca de uno los sables que estaban colgados en la pared.
Cuando el maestro lo vio preguntó al joven
-… dime ¿acaso tienes tanto miedo que llevas el viejo sable?
El discípulo lo miró con cierta vergüenza ya que demostró con ese acto su temor al camino.
El anciano se acercó al joven y tomó el sable que volvió a colgar en la pared
- … ¿acaso no has comprendido aún las palabras del sabio cuando dijo:
…”Siempre he oído decir que quien conoce el arte de vivir, camina por el desierto sin evitar rinocerontes y tigres, y pasa entre los ejércitos sin coraza ni espada; ya que fundido en la naturaleza del Tao, es uno con todas las cosas, por lo tanto ni el rinoceronte encontrará donde clavar su cuerno, ni el tigre su zarpa, por que, quien va a ir en contra de su propia naturaleza?”…
…Anda hijo mío, deja ese sable y camina sin temor…
El aprendiz, miró al anciano y sus ojos brillaron pues había comprendido sus palabras, había aprendido una nueva lección.

(de: “La Enseñanza Tradicional de las Artes Marciales Chinas”)






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